Estábamos
en un ciber, yo conectado y él al lado mío. Vi que una amiga había cambiado su
nick en el Messenger y ahora aparecía como "Elucitas". Le pregunté
por qué. "Un amigo me puso así". "Pero ¿por qué?". "No
sé, es un nombre. Uno no elige su nombre", me dijo. Yo, que no asocié con
el nick el nombre de mi amiga (Eliana), ni trazé mentalmente el recorrido que
iba de uno a otro (probablemente Eliana-Elu-Elucitas), respondí "no,
claro, si no nos llamaríamos todos Gagá Bubú". Después me dijo "tu
amigo la hizo re bien. A ese parcial había que ir puesto". En efecto, la
tarde anterior ella nos había visto en la vereda del bar que está a media cuadra de
la facultad. Mi amigo había estado tomando desde temprano y el parcial
era a la noche. "No te creas", le contesté. "Estaba tan en pedo
que no pudo escribir nada". (Esta es la parte más graciosa de la anécdota.
Tenía tanto alcohol encima que a la hora de redactar las respuestas del parcial
no logró, pese a que había estudiado mucho y las ideas fluían en su cabeza, escribir
decentemente ni una palabra. Cuando me mostró las hojas del cuaderno, donde su
letra se deshacía en garabatos que ocupaban un renglón o dos, solté una
carcajada. "Lo tenés que enmarcar", le dije.) Mi amigo, que leía el
chat desde su silla al lado de la mía, vio que hablaba de él y dijo que no
cuente sus aventuras. (También es cierto que otras veces insistió en que yo
escribiría sobre él.) La cosa es que a Elucitas se le complicaba al parecer seguir chateando porque al final dijo "mirá, yo estoy trabajando. No tengo tiempo de
hablar con Gagá Bubú y su amigo el borracho".
Te banco: me resulta imposible hacer la conexión Eliana-Elucitas. Aunque con el diario del lunes suena bastante lógico...
ResponderEliminarTe banco, a mí también me confundió el Elucitas en MSN.
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